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Unos dulces y tristes ojos azabaches miran a través de las celosias; el nerviosismo torna en aleteo de colibri su corazón y su respiración....Esta vez, los susurros que discurren a su alrededor, entre hilos dorados de luz y frescas sombras, no van acompañados por las brillantes sonrisas y las suaves y cantarinas risas; sólo temor y desesperanza, visiones trémulas del final del eterno cuento con final feliz...
El aire frio de las montañas del rey, discurre en exceso libres por los pasillos y galerias, arrastrando consigo al apacible sándalo, el liviano perfume de las flores y hasta a la arrulladora melodia de las fuentes; el viento comienza a llevarse consigo siglos y siglos de historias, de mágicas noches de ensueño, de melodias desde el corazón...
Unos dulces y tristes ojos azabaches miran a través de la celosia, y sólo una brillante lágrima perlada se percibe entre los párpados inmóviles de la mirada de la joven muchacha; sigue mirando el vacio espacio que dejó su señor cuando partió, con el rostro compugnido, más allá de las murallas de la ciudad...
Mira el vacio donde el rey dejó su vida, sus sueños y su alegria... Va a entregarselos a los reyes cristianos, aquellos que quizás en sus corazones guarden algo de piedad cuando reciban en sus manos las llaves de la medina.
Los dulces y tristes ojos azabaches que miraban por la ventana se cierren lentamente, estremecidos por la pena y el dolor...Nadie nunca sabrá si lloraba por el dolor de su corazón, por el destierro que en el futuro vislumbro, por la pérdida de la tierra que es su patria y que de sus padres heredó...
O quizás lloraba por la desolación que causa en el alma la gran desazón provocada por la incompresión, los destrozos de la ignorancia y la perfídia y la crueldad de la intolerancia; quizás lloraba porque sabía que con estas maldiciones, los hombres seguiriamos renunciando a la alegria y al amor....
Mucho desde entonces se ha perdido; muchas lágrimas perdidas y muchos llantos silenciados...
Pero la herencia y la historia de nuestros antepasados, preciosa y brillante, nunca será olvidada; la historia es un ciclo y para no volver a recaer en los mismos errores, hemos de volver atrás la vista, al pasado.
Todas las tierras en su diversidad son una, y los hombres todos son vecinos y hermanos.
Al Zubaidí, preceptor de Al Hakam ; s. X.
Las fotografias fueron tomadas este año pasado, entre el 30 de Noviembre y el 4 de Diciembre de 2007, en un inolvidable viaje a Granada, iluminado y acompañado por mi sol particular ;) :P. Deseando volver estoy desde que me fui de alli...y creo que no soy el único ^^. Sed buen@s!
El aire frio de las montañas del rey, discurre en exceso libres por los pasillos y galerias, arrastrando consigo al apacible sándalo, el liviano perfume de las flores y hasta a la arrulladora melodia de las fuentes; el viento comienza a llevarse consigo siglos y siglos de historias, de mágicas noches de ensueño, de melodias desde el corazón...
Unos dulces y tristes ojos azabaches miran a través de la celosia, y sólo una brillante lágrima perlada se percibe entre los párpados inmóviles de la mirada de la joven muchacha; sigue mirando el vacio espacio que dejó su señor cuando partió, con el rostro compugnido, más allá de las murallas de la ciudad...
Mira el vacio donde el rey dejó su vida, sus sueños y su alegria... Va a entregarselos a los reyes cristianos, aquellos que quizás en sus corazones guarden algo de piedad cuando reciban en sus manos las llaves de la medina.
Los dulces y tristes ojos azabaches que miraban por la ventana se cierren lentamente, estremecidos por la pena y el dolor...Nadie nunca sabrá si lloraba por el dolor de su corazón, por el destierro que en el futuro vislumbro, por la pérdida de la tierra que es su patria y que de sus padres heredó...
O quizás lloraba por la desolación que causa en el alma la gran desazón provocada por la incompresión, los destrozos de la ignorancia y la perfídia y la crueldad de la intolerancia; quizás lloraba porque sabía que con estas maldiciones, los hombres seguiriamos renunciando a la alegria y al amor....
Mucho desde entonces se ha perdido; muchas lágrimas perdidas y muchos llantos silenciados...
Pero la herencia y la historia de nuestros antepasados, preciosa y brillante, nunca será olvidada; la historia es un ciclo y para no volver a recaer en los mismos errores, hemos de volver atrás la vista, al pasado.
Todas las tierras en su diversidad son una, y los hombres todos son vecinos y hermanos.
Al Zubaidí, preceptor de Al Hakam ; s. X.
1 comentario:
Sigo pensando que sales mu guapísimo en esa foto, y con esa sudadera.
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