viernes, 25 de abril de 2008

Mejor no hablar....



Pequeñas centellas, breves y brillantes, iluminan por un instante la entrada de mi hogar....Las puertas de la okiya se abren para mi, para cederme el paso a este mundo en el que me muevo por las noches....
Farolillos tenues guian mis breves pasos hasta los grandes salones, donde la soledad se convierte en espectáculo y mi gesto torna en una esplendorosa máscara de perfección. Cada movimiento está estudiado y cada nota marca el sendero por el que se deslizan mis danzas.
Saludo, sonrio, hablo con suave y complaciente tono, agudizo los sentidos y paciente, espero.
Se sirve té, sake, y jugando entre velas, van pasando las horas, que como mariposas traviesas nunca te indican donde te van a llevar....

Entonces él entra....se sienta. Le miro, me mira...sonrio y bajando levemente la cabeza en educada y delicada genuflexión, mis ojos ya no son capaces de elevar la mirada hacia el aire sin que mi vida con anhelo encontrarse con la suya. Es entonces cuando las luces se vuelven luna y estrellas, la compañía se difumina en la noche y a pesar de la música, la risa y los bailes...el silencio hace de mis labios su presa y su fuerte....

Mejor no hablar...quizás entre las aguas caprichosas del deseo, en este mundo de imposibles que es mi mundo flotante....quizás antes de que los farolillos me devuelvan de nuevo al ostracismo de ser la amante solitaria de la vida, la artista de la sonrisa...

Mejor no hablar....quizás asi llegue a escuchar por un momento...su voz...



Escena correspondiente a Memorias de una geisha, la pelicula.


1 comentario:

Harmuna dijo...

El silencio es el amante de la soledad, nos acompaña y cuando no existe, cuando se ha ido. Deseas que regrese para no estar a sola con el bullicio del mundo rutinario y su orquesta que nunca calla